3.1. EL COGITO Y EL
CRITERIO DE VERDAD.
Una vez que Descartes
tiene la certeza del sujeto pensante
y el criterio general de certeza, es preciso indagar si existe alguna otra realidad de la cual no quepa dudar y para
ello utiliza el principio de causalidad
que aplica a las ideas. La cuestión es si
el sujeto pensante puede ser la causa de todas las ideas que están en su mente. Concluye que el sujeto pensante es la causa de todas las ideas que
están en su mente, excepto de la idea de Dios.
Toca, pues, demostrar
la existencia de un Dios es bondadoso, pues solo así, queda garantizada la existencia de un mundo exterior
a la conciencia y la posibilidad de su conocimiento por medio de las
matemáticas.
El criterio cartesiano de verdad está ya formulado en la primera regla
del método: podré estar seguro de que un
conocimiento es verdadero cuando lo perciba clara y distintamente, esto es, de
tal modo que no puede dudar de su verdad. El criterio de verdad ofrece dos
dificultades:
-Que es un criterio meramente formal; Cuando
Descartes descubre el principio de su
filosofía -pienso luego existo- también considera haber hallado el contenido
del criterio de verdad: será verdadero todo aquello que se perciba con tanta
evidencia. El criterio de verdad es, la claridad y distinción.
-Que el criterio de claridad y distinción vale para saber que
aquello que el yo percibe de forma clara y distinta, pero no vale para asegurar que lo
que el yo percibe clara y distintamente es cierto.
La hipótesis del genio maligno no anula la
certeza que uno tiene de su propia existencia, pero, insisto aun así hay
que asegurar el criterio de claridad y distinción, a través de la prueba
de que el yo ha sido creado por Dios. La existencia de un Dios bondadoso es
la garantía definitiva o última del criterio de verdad.
Descartes opinaba que
siguiendo las reglas del método, utilizando solamente la razón,
podríamos llegar a conocer todo cuanto quisiéramos.
Descartes es escéptico en el planteamiento de su
filosofía, pero no en su desenlace en cuanto considera incuestionable la
existencia de un sujeto pensante. La certeza del sujeto tiene su antecedente en
San Agustín: “si me equivoco, existo”, de ahí pasó a la escolástica.
Pero lo esencial radica en que en éste último forma parte de un planteamiento
original en el que se problematiza la existencia de cualquier realidad distinta
del yo. El cuerpo
en cuanto cosa extensa es completamente distinto de la mente y queda
cuestionada su existencia.
La hipótesis del genio maligno no anula la certeza que uno tiene de su
propia existencia. La existencia de un Dios bondadoso es la garantía
definitiva o última del criterio de verdad.
Hasta llegar a
una certeza que resista todos los
ataques de la duda y de la que sea imposible dudar. En el cogito ergo sum encuentra Descartes la idea clara y distinta, de la
cual extrae la regla general que le guiará en los sucesivos pasos de la
investigación de la verdad. Una idea clara será cuando no se confunda con el
resto, cuando esté separada de las demás, y se distinga en ella que es evidente
y se comprenda de manera precisa y diferente.
La necesidad
de un método en Descartes era una verdadera obsesión, convencido de la certeza
y seguridad de las matemáticas, quería emplear en su filosofía un método que
condujera a la misma seguridad. La razón está controlada por el método y éste
funcionará bien usando correctamente las cuatro reglas: La evidencia es el criterio de verdad. La evidencia se define por sus
dos caracteres esenciales: La claridad y la distinción. El resto lo constituye
el análisis, la síntesis y la
enumeración.
3. 2. LAS DEMOSTRACIONES DE LA
EXISTENCIA DE DIOS.
Antes de
exponer las pruebas de la existencia de Dios es necesario realizar una
distinción entre tipos de ideas según su grado de evidencia:
-
Por un lado están las ideas que pueden ser innatas,
es decir, que proceden de la mente y el alma, se encuentran dentro del sujeto
pero no han sido producidas por él, han sido creadas por Dios.
-
Por otro lado están las ideas adventicias, que
son las que provienen del exterior del sujeto y coinciden con la realidad que
muestran los sentidos.
-
Por último se encuentran las facticias, producto
de la imaginación e invenciones del sujeto. Todas ellas son falsas.
Para Descartes
la mente podría estar fabricada de forma que se equivocara en aquello que
considera evidente. Esta hipótesis surge de la idea de que el ser humano ha
sido creado por un ser malvado, el cual nos ha diseñado de tal forma que nos
equivocamos en lo más evidente.
Las pruebas de
la existencia de Dios presentan las siguientes características:
1.- Parten del
cogito, que como hemos visto es la primera verdad.
2.- No pueden
ser demostraciones fruto de la deducción. Deben ser una prolongación del
cogito.
3.- Las dos
primeras pruebas parten del principio de causalidad, mientras que la tercera es
una idea a priori.
Las pruebas
que expone Descartes para demostrar la existencia de Dios son:
-
La primera parte de la idea innata de infinito
de una sustancia eterna, inmutable y omnisciente. A partir de todo esto las
cosas existen ya que han sido creadas y producidas por alguien. Además, la causa de la
idea de infinito ha de tener tanta perfección como la idea, por lo que el ser
humano no puede ser el causante, dado que es imperfecto. La causa, por
tanto, ha de ser infinita.
-
La segunda está basada en la idea de que el
sujeto pensante no puede ser la causa de sí mismo. Si afirmamos esto,
tendríamos que aceptar que recoge y aún a todas las perfecciones conocidas,
tales como la eternidad. Sin embargo
apreciamos que el ser humano es finito e imperfecto, por lo que ha de existir
un ser que sea el creador del ser humano y se conserve en la existencia, sea
perfecto. Este es Dios.
-
La tercera explica la existencia de Dios según la
5ª Meditación y parte de la prueba de San Anselmo, por lo que se le
conoce como la prueba ontológica. Se basa en que la esencia del ser perfecto
contiene la existencia, por tanto sería imposible decir que el ser perfecto no
existe, al igual que es imposible afirmar que un rectángulo no tiene un ángulo
recto.
4. CONTEXTUALIZACION:
Descartes nace en 1596 y muere en 1650, su filosofía se desarrolla a
lo largo del siglo XVII.
El texto pertenece la cuarta parte de la obra “El discurso del
método” . En la cuarta parte, cuenta las conclusiones metafísicas a las que
llegó ; dudó, de todo lo que no tenia por cierto, hasta descubrir una verdad
irrefutable: “pienso, luego existo”. Unos años después publica las
“Meditaciones metafísicas” en las que se demuestra la existencia de Dios y la
inmortalidad del alma.
Los conflictos políticos y religiosos se manifiestan en el pensamiento social de la época.
En este ambiente crece una nueva corriente filosófica: el Racionalismo. A esta corriente pertenecen Leibniz, Descartes, Spinoza y Malebranche, y defiende:
-que la fuente
del conocimiento es la razón.
-que la legitimación del conocimiento reside en la demostración racional siguiendo el modelo deductivo-matemático.
-que hay ideas innatas, principios evidentes, seguros, a partir de los cuales se puede construir un saber universal.
-la evidencia racional como único criterio de verdad.
-que la legitimación del conocimiento reside en la demostración racional siguiendo el modelo deductivo-matemático.
-que hay ideas innatas, principios evidentes, seguros, a partir de los cuales se puede construir un saber universal.
-la evidencia racional como único criterio de verdad.
Destacamos a San Agustín de Hipona, por su pensamiento de Dios como
causa de la idea de infinito y del ser del sujeto. Descartes, influenciado por
él, piensa que si se niega que Dios sea la causa de la existencia del sujeto,
habrá que admitir que el sujeto es causa de sí mismo. Pero, en tal caso, se
habría dotado con todas las perfecciones que conoce y que están contenidas en
la idea de infinito. Puesto que comprobamos que el sujeto es un ser finito,
imperfecto y limitado, no puede haber sido su propia causa y,
consiguientemente, debemos concluir que Dios es su causa.
La idea de la existencia de Dios como Ser perfecto proviene de San
Anselmo de Canterbury y es conocida con el nombre de prueba ontológica.
Descartes viene a decir que la esencia del Ser perfecto contiene la existencia
y que, por ese motivo, no es posible pensar el Ser perfecto como no existente,
del mismo modo que no se puede pensar un triángulo que no tenga tres ángulos.
Por tanto, el Ser perfecto ha de existir
necesariamente.
Cuando se expone la teoría del conocimiento cartesiana, es inevitable
tener a Platón en el horizonte. Veamos brevemente algunos reductos platónicos
en la obra de Descartes:
- Persigue la
verdad única, incuestionable, eterna y accesible a la razón humana, lo cual se
parece mucho a la Idea del Bien platónica.
- La
desconfianza en los sentidos como fuente de conocimiento.
- La
consideración de la matemática como paradigma de la ciencia.
- La necesidad
de Descartes de admitir las ideas innatas para justificar el mundo y la
realidad, presente en Platón cuando admite la existencia de la verdad en
el alma humana en su teoría de la reminiscencia
Ahora vamos a relacionarlo con Santo Tomás en su demostración de la
existencia de Dios.
Muchos temas
de Santo Tomás tienen una presencia en Descartes, que utilizó las pruebas
tomistas de la causalidad eficiente y por la contingencia, aunque con
importantes modificaciones en la demostración de la existencia de Dios.
Hay una gran
diferencia entre estos autores en cuanto a la demostración de Dios. Santo Tomás
utiliza una argumentación que se llama “a posteriori”, porque parte de la
experiencia sensible, de los datos que nos proporcionan los sentidos y aplica
los principios metafísicos, concluyendo la existencia de Dios. Descartes
demuestra “a priori”, o sea, parte del pensamiento y de las cualidades que
definen al mismo Dios, para concluir que ese ser tiene que existir también en
el orden ontológico o real.
Por otro lado podemos mencionar a uno de sus detractores: el empirista
Hume, quien rechaza tanto la tesis de las ideas innatas como la de que
la fuente máxima de conocimiento resida en la razón y no en la experiencia,
como él sugiere.
Entre las influencias
posteriores: La principal aportación de Descartes a la filosofía posterior es
el haber colocado "el cogito", el sujeto pensante, en el fundamento
de toda reflexión. Con ella imprime un giro a la filosofía moderna que influirá
en gran medida en la filosofía posterior, presente en filósofos como Espinoza,
Locke, Leibniz, Kant, Hegel, Husserl y Sartre para quien el cogito vuelve a ser
el punto de partida de la filosofía.
Y por último en Husserl es innovador en
filosofía, por su fenomenología. La fenomenología es un método trascendental en
cuanto que somete a la propia vida a la reducción fenomenológica: en primer
lugar la epoché, el poner entre paréntesis aquello que "estoy
haciendo" y la reducción eidética en
segundo lugar.
Podemos apreciar inmediatamente el
paralelismo entre la duda cartesiana y Husserl: el método. Husserl "radicaliza" la duda
cartesiana, en el uso que hace de ésta en la epoché. Aplicando la epoche, nos quedamos con la esencia del
objeto al desnudo
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